Si hace días escribía sobre lo que yo llamo " El vergel de las simas" y nuestro precioso encuentro con ciervos y sobre todo con un curioso zorro, hoy vuelvo a escribir.
Este sábado no aparecieron zorros ni ciervos, sí algún corzo. Pero las estrellas de la jornada sin duda fueron los jabalíes.
Una piara que hociqueaba por allí a su antojo sin percatarse de nuestra presencia. El aire soplaba hacia nuestras caras así que no les llevaba nuestro olor.
Por un momento, agachada entre la vegetación para que no me vieran, con mi bastón de andar en la mano, me sentía como una cazadora portadora de una lanza. ¿Se sentirían así nuestros antepasados cuando cazasen animales? Imagino que ellos sentirían el estómago más vacio que yo.
A veces me dan tantas ganas de quedarme a vivir por allí, sin horarios, sin nadie que me mande, sin políticos, sin bancos, sin tecnologías innecesarias...Eso sí, tendría que aprender a confeccionarme ropa, a cazar y a olvidarme del vegetarianismo. Si ya lo hicimos una vez ¿por qué no ahora?
Papilio Machaon
Además, estaríamos rodeados de bellezas como ésta.
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10 comentarios:
Un bonito encuentro.
estos encuentros son los que te alegran el dia, la semana.... un lujo
Pues sí. Gracias amigos. A pasar buen fin de semana. ;)
Buena historia y buena filosofía...
Un saludo cordial
Si es que se te ve la sonrisa entre líneas al recordar el encuentro, jejeje, que gozada cuando estos berracos aparecen y con tu con el viento en contra, puedes disfrutar de sentir los animales a tu alcance, pocas veces ocurre pero estos momentos son para no olvidar y sobre todo para ser disfrutados, y en tu caso compartidos con nosotros
ENHORABUENA
Gracias Montaraz. Bienvenido!!
Hola Tomás. Sí que es verdad que se dan pocas veces estos encuentros, porque con el poderoso olfato que tienen es muy difícil verlos, al menos a mí me lo parece. Pocas veces los he visto tan bien. Aún así no tardaron en darse cuenta de nuestra presencia. Son listos !!! Supongo que porque su supervivencia depende de ello.
Gracias a ambos. Saludos! ;)
Esas escenas, efectivamente, nos transportan al Paleolítico. Un mundo ancestral lleno de fuerza y belleza...que aún late en nosotros.
Saludos.
Es el instinto!!! Aunque creo que ellos lo tienen mucho más acentuado que nosotros. Los humanos hemos perdido tanta sensibilidad a lo que nos rodea en la ciudad!
Saludos caballero!
Al jabalí no le pareces tan peligrosa como Obelix, ;)
Yo creo que no, aunque últimamente me voy pareciendo a Obelix :)))
Pienso que los animales tienen suficiente instinto para sabe quién les supone peligro, aún así lo mejor es salir "por patas" en caso de ver a un humano, que nunca se sabe. Y bien que hacen.
Saludos Ralph!!
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