Como todos sabréis este mes de marzo está previsto que se apruebe el nuevo Plan de Gestión del Lobo en Asturias.
Hace días se recibió contestación a las primeras alegaciones presentadas. La primera perogrullada -con mucha intención de la Administración asturiana- es contestar las primeras alegaciones cuando ya habíamos presentando unas segundas, que más que nada consistieron en reclamar que nos contestaran a las primeras, después de la apertura del segundo plazo para someter el borrador del Plan a opinión pública, un borrador que era casi exactamente igual al primero. Con lo cual con este desorden intencionado no dan ya oportunidad de réplica.
La Consejería de Agroganadería dice que la población de lobos del cuadrante noroccidental está "casi amenazada", y no es vulnerable, ya que según ellos la población es de 2.500 ejemplares. Me llama la atención que al rebatirles este punto recapaciten y digan que puede ser que sean apenas 2.000, citando el estudio "Status, management and distribution of large carnivores -bear, lynx, wolf & wolverine- in Europe". No sé para ellos pero para mí 500 lobos de diferencia son una cantidad importante, sobre todo si usamos esa cantidad para inflar la población según unos intereses. Fijaos si tiene importancia que según el artículo "Rastros genéticos de cuellos de botella en poblaciones de lobo europeas: se considera que una especie deja de estar en peligro de extinción
cuando tiene una población efectiva de un mínimo de 500 individuos con los que evitar problemas como la endogamia. Esta diferencia censal sugiere que los efectos del cuello de botella
fueron más drásticos de lo que inicialmente se pensó o que hay una
sobreestimación de la población actual de lobos en la Península Ibérica".
Para entender el concepto de población efectiva (la que contribuye a la reproducción) os remito a este artículo de Mario Quevedo y Jorge Echegaray "Población efectiva, un censo no lo cuenta todo". Por tanto, al menos para mí, 500 individuos de diferencia, me parecen importantes, pueden tener un gran papel sobre todo hablando de esta población efectiva, algo que no se tiene en cuenta a la hora de realizar los censos.
Os dejo otro artículo nada halagüeño y bastante alarmante, el cual hace referencia al mismo estudio comentado en párrafos anteriores: "Reducen la población de lobo ibérico a medio millar de ejemplares en España y Portugal" que en realidad apunta que tenemos sólamente unos 50 ejemplares como población efectiva y unos 650 ejemplares máximo de población total entre España y Portugal, lo cual compromete de forma preocupante la situación de nuestro lobo ibérico de cara al futuro.
Por otro lado señalan desde Asturias que el papel del lobo en la cadena trófica como saneador de ecosistemas
no tiene relación alguna con la finalidad del Plan, que es conservar la
población de la especie compatibilizándola con los intereses ganaderos.
Y me pregunto yo cómo se puede dejar de lado ese papel, tan inherente a
nuestro lobo, su propia naturaleza, cuando se realiza un Plan de Gestión
sobre una especie. Además centrándolo en una actividad humana, cuando debería de ser al revés, el ser humano el que se adaptase a la biodiversidad existente en la zona en que habita.
Foto realizada en condiciones de cautividad.
En cuanto al ámbito de aplicación señalan: "El Plan revisado no propone la declaración de ninguna "zona libre de lobos", sino que establece siete zonas de gestión específicas en lo que viene a ser el área de distribución habitual de la especie y señalar que en el resto del territorio la aparición del lobo es más esporádica y en este territorio el objetivo es seguir manteniéndolas libres de ejemplares por su poca idoneidad para mantener poblaciones estables y su incompatibilidad con los sistemas ganaderos". Así que ya sabéis que para la administración asturiana las zonas libres de lobos no son lo mismo que libres de ejemplares. Perogrullada de las gordas.
Directrices y actuaciones. Ante la alegacíón sobre que la conflictividad social no puede tenerse en consideración para fijar los controles poblacionales, ya que deberían tomarse en cuenta consideraciones científicas, comentan que "deben ser utilizados otros criterios para determinar intensidades dentro de la horquilla que permite mantener la población en un estado de conservación favorable, y uno de ellos puede y debe ser la conflictividad social". Cosa que los ganaderos se saben muy bien, porque la administración asturiana se lo permite, aquí tenéis la prueba, y están a la gresca, día sí, día también, armando ruido para conseguir que el lobo, un animal molesto para ellos, sea eliminado del mapa. No hablamos entonces de tomar medidas de protección y cambiar el manejo del ganado, ¿para qué? Si pataleando consigo lo que quiero.
Siguiente. No os perdáis ésta. Ante el desacuerdo con el abatimiento de ejemplares de lobo en cacerías, cosa que prohíbe la Ley de Caza asturiana en su artículo 4 si no me equivoco, exponen: La Ley entiende que "la acción de cazar es la ejercida por el hombre mediane el uso de armas, artes u otros medios apropiados para buscar, atraer, perseguir o acosar a los animales declarados como piezas cinegéticas, con el fin de darles muerte, apropiarse de ellas o facilitar su captura por un tercero". En este contexto resulta evidente que al no haberse declarado el lobo como especie cinegética, no existe la acción de cazar, sino que lo que se plantea es una colaboración desinteresada, voluntaria y muy controlada del mundo cinegético, de los cazadores, en las tareas de control poblacional regidas por el propio Plan de Gestión del Lobo. Este carácter de colaboración en el control poblacional , alejado de la consideración cinegética, queda reforzado por la disposición que establece que no deberá satisfacerse ningún tipo de cuota y que la pieza no podrá quedar en propiedad del cazador, características prácticamente innatas a cualquier práctica cinegética.
Osea que al lobo no se le caza, porque no es pieza cinegética, entonces no puede decirse que se le esté cazando. Qué gran razonamiento. Si buscáis en el diccionario la definición de cazar, consiste en "buscar o seguir a las aves, fieras y otras muchas clases de animales para cobrarlos o matarlos". Pero claro, depende en qué lista estén, según la administración. Tendrán que abrir nueva definición en el diccionario y buscar una palabra que designe qué es lo que se le hace a un animal cuando se le da muerte con un arma, si no está en una lista de especies cinegéticas. Según ellos, caza no es. Además es curioso, cuando todos los artículos que hacen referencia al tema, e incluso los mismos cazadores hablan de caza. En este artículo: "Los cazadores se ofrecen para controlar al lobo en cotos y reservas mediante cupos" unas cuantas veces se habla de caza y cacería de lobos. Ahora resulta que va a hacer que enseñarles que lo que hacen no es cazar, sino pues...¡algo indefinido!
Igualmente me comunican ante la alegación de que un cazador al que se le cruce un lobo en una batida no pueda saber con certeza qué puesto jerárquico ocupa el lobo en una manada (recordemos que dicen más arriba que lo harán de forma muy controlada), lo que podría contribuir a la desestructuración de éstas y aumentar los daños al ganado, que ya que no utilizo este argumento para oponerme a los controles de lobo -aunque sí utilizo otros- no entienden que lo utilice en esta esta ocasión para oponerme al abatimiento de lobo en las cacerías, así que desestiman mi alegación. ¿Es que hay que repetir las mismas razones en todas las alegaciones hechas a cada punto para que sean tenidas en cuenta? Otra perogrullada.
Más. Ante la ambigüedad del uso de los términos "actuaciones excepcionales" y "actuaciones extraordinarias" que darían lugar a matanzas de ejemplares, cuando me interesa que definan exactamente a qué se refieren, hechos concretos y no ambiguos, ya que tratamos un tema tan importante como es la supervivencia de una especie, me remiten literalmente al diccionario de la Real Academia Española y me colocan sus definiciones por si no sé lo que significa extraordinario (lo que está fuera de la regla común) y excepcional (aquello que se aparta de lo ordinario). Y así resuelven la alegación desestimándola y se quedan con el pecho henchido. En este punto una persona cabal no sabe si reir o llorar. Lo que sí tengo claro es que las administraciones están llenas de personas incompetentes que se rien del ciudadano, y que efectúan meros formalismos para acallar a la opinión pública, que en realidad son paripés que no valen para nada. No son merecedores del dinero que se llevan y que pagamos todos.
Por último me recuerdan que no sólo hay que tomar en consideración cuestiones referidas a la ecología o a la biología, sólo les ha faltado decir, ya están los "ecologetas" dando la brasa. Venga, una palmadita, y vuelve a tus cosas.
No me extraña nada el plante que han dado los conservacionistas la semana pasada ante la nueva ampliación de plazo que permite la matanza de otros 33 lobos hasta marzo "Los grupos conservacionistas asturianos no queremos ser comparsas con las matanzas de lobos" Otra cosa es que esté de acuerdo, pero entiendo que tratar con esta gente que se toma con sorna un esfuerzo diario desanima a cualquiera.
De todas formas que no piensen que no se va a seguir dando guerra. Ésto lo único que hace es dejarnos con más ganas. La caldera sigue bullendo cada vez más, y ya sabéis que lo que por un lado se tapa, por el otro explota.
No hay comentarios:
Publicar un comentario