miércoles, 2 de enero de 2008

La mágica Córdoba

Cuando uno llega a Córdoba espera ver la Mezquita, Medina Azahara y poco más, pero Córdoba tiene mucho más que ofrecer. Mi consejo es que os hagáis con una pequeña guía para explorar todos los rincones de la ciudad y vayais a los puntos de información turística donde podreis conseguir combinados de entradas para museos o la visita a Medina Azahara (también reservable por internet en la página de turismo de Córdoba http://www.turismodecordoba.org/ más barata que la que ofrecen agencias u hoteles.)

La historia de la ciudad no sólo hay que remontarla a la época califal, sino a la época prerromana. Entre los años 169 y 152 a.c. se funda en Córdoba una colonia romana. Preciosos mosaicos romanos podeis ver en el Alcázar de los Reyes Católicos, aparte de unos bonitos jardines. Tras los romanos llega la expansión cristiana, en el siglo V la dominación visigoda y en el 711 la conquista por los árabes, aunque más que conquista según dicen, fue una rendición a partir de un pacto de respetar vidas y religiones. Bajo el mandato de Abderramán III la ciudad vive su máximo esplendor, dando buena cuenta de ello La Mezquita y Medina Azahara.
La Mezquita está envuelta en un ambiente mágico, mirarla es como trasladarse a otra época. Veinticuatro mil metros cuadrados encajados entre casitas blancas. Una extraña construcción que choca en estilo con el entorno, viviendo ambos en total armonía tal cual sus habitantes árabes y cristianos debieron de vivir siglos atrás.


Yo que siempre la había visto en libros, tuve la suerte de poder verla sin gente por una puertecita abierta una noche por descuido no apta para el turista. Y si me parecía ya bella por fuera pues por dentro la encontré (aunque en semi-oscuridad, lo que me la hizo más mágica aun) grandiosa. Columnas y arcos, columnas y arcos y más columnas y arcos, en perfecta simetría, con sus característicos colores. La Mezquita está hecha de restos de otros templos (columnas, capiteles, piedras, mármol). Fue construida como algo pasajero y ahí sigue por suerte desafiando al tiempo.
El mihrab es de singular belleza. He observado a gente embelesada mirándolo.


mihrab
Me resulta muy raro ver motivos cristianos dentro de un templo árabe, porque tiene su parte cristiana, ya la tenía en tiempo de los árabes debido al acuerdo de respetar religiones.
Las puertas de las fachadas son también muy bellas pero están algo ruinosas y estropeadas.
Saliendo de la Mezquita no dejeis de pasear por todo el barrio de La Judería.Todo calles blancas, bellos rincones de patios con flores. La costumbre de los patios fue heredada de los romanos por si no lo sabeis. Mi rincón preferido es la Calle de las flores.
Visitad la Sinagoga, pequeña pero bonita. Junto con las otras dos que se conservan en Toledo son las únicas que quedan en España y que se conservan del paso de los judíos por nuestro país.
Enfrente teneis el Zoco, edificio mudéjar donde hoy podeis encontrar la artesanía de Córdoba.
Curiosa es la fachada de La Casa del Indiano, con la planta baja estilo mudéjar y la alta estilo isabelino.
En la Plaza del Potro podeis encontrar el Museo de Julio Romero de Torres (1.8741-1.930), que como dice la canción "pintó a la mujer morena". Muy criticado en su época por el matiz extremadamente sensual que daba a las mujeres, gitanas en su mayoría, en sus cuadros. En esta misma plaza se encuentra la Posada del Potro, que aparece en "El Quijote" y en "Rinconete y Cortadillo" de Cervantes.



La chiquita piconera - Julio Romero de Torres
La animada Plaza de las Tendillas está ya fuera del casco histórico , pero es centro de reunión de los cordobeses, así como la Plaza de la Corredera.

Recorriendo las Iglesias de la Reconquista y tras pasar por los restos de un Templo Romano (vereis sus columnas a lo lejos, muy reconstruidas, últimos resquicios de la estancia de los romanos en la ciudad) podeis llegar a la Cuesta del Bailío, y siguiendo un estrecho callejón, al conocido Cristo de los Faroles.

Y no se puede ir uno de Córdoba sin visitar Medina Azahara, a 7 km. de la capital y a los pies del monte de la Desposada. Medina (ciudad) Azahara se presenta misteriosa, sobre todo si tienes que visitarla en un día de niebla cerrada como me pasó a mí.
Actualmente sólo está excavado el 10% y ya son 112 hectáreas de superficie. Fijaos que he dicho SÓLO EL 10% !!!. Tuvo que ser inmensa. Su vida fue tan esplendorosa como breve ya que en aproximadamente 70 años nació y fue destruida. Su construcción se inicia en el año 940 por Abderramán III como símbolo de poder ante el mundo islámico situado fuera de España (leyendas dicen que fue construida para la preferida de Abderramán, Azahara, pero tienen poca credibilidad). En el 1.010 fue saqueada e incendiada a causa de la guerra civil que desmembró el califato. Fue olvidada durante siglos y sus restos pasaron a denominarse "Córdoba la vieja".
En 1.911 comienzan las primeras excavaciones. Multitud de piedras talladas que iban adheridas a paredes o arcos descansan hoy en los suelos mientras esperan que alguien descubra su lugar de origen. Hay infinidad de ellas por todas partes. Es una tarea complicada de reconstrucción imagino.
Siempre que paseo por sitios así con tanta historia, siento un placer interior. Me siento casi privilegiada porque el tiempo me haya dejado un trocito de su pasado para que yo lo disfrute, conozca, e imagine cómo fue la vida allí.
Lo dicho, es imposible dejar de ver Medina Azahara, aunque no espereis algo como la Alhambra de Granada. Medina Azahara tiene más piedra, más bloques, más restos, pero todo menos tallado, y está en ruinas casi en su totalidad.

Esto es Córdoba a muy grandes rasgos, no he podido contar todo porque sería extenderme demasiado pero tiene muchas más cosas.

Finalmente relajaos y disfrutar de la ciudad probando un rico salmorejo (pan, huevo, tomate, pimiento, aceite de oliva, ajo, sal y agua), todo regado con un Montilla-Moriles mientras te pasa por la garganta...¡hum!...Si es que como me dijo un amigo...¡España es mucha España!