martes, 30 de junio de 2009

De aquí para allá

Me han rogado que en esta entrada no dé nombres ni de pueblos ni de lugares, así que voy a hacer caso. Ya sabéis el pánico que tenemos los que disfrutamos de solitarios y salvajes rincones a que se nos llenen de gente o de personas con malas intenciones, léase cazadores sin escrúpulos, que los hay tanto furtivos como no furtivos, pero para el caso es lo mismo. La eterna lucha cazador-senderista, sí, sé que me estoy reiterando en el tema así que me callo y sólo dejo aquí este enlace para quien le apetezca firmarlo.





La cuestión es que desde aquí,



Un bonito pueblo de España

hasta allá,



Otro bonito pueblo de España con bella damisela observando el paisaje.
Ah no, que es el cantante fugado de Camela con el gorrito de NO camuflaje.



hay un barranquito de lo más salvaje por el que no ha pasado ser humano -o al menos eso parece- en mucho tiempo. Está bastante cerrado por la vegetación, entre las ortigas que crecen en él y la cantidad de insectos que viven deliciosamente entre sus plantas, acaba uno bastante perjudicado, pero como dice el refrán "sarna con gusto no pica".


Compañera del cantante de Camela
perdida entre la vegetación.


Al no ser un sitio de fácil acceso la fauna es considerablemente más alta en número y más confiada que en otros lugares. La primera visión fue el avistamiento -supongo que antes por su parte que por la nuestra- de este alimoche con su característica cabeza amarilla desplumada. En la Península es sólo un visitante estival, pero en las Islas Canarias y Baleares tienen poblaciones estables todo el año.


Alimoche

Después de analizarnos con unas cuantas pasadas siguió a lo suyo. Estaba de caza, al rato lo vimos con un topillo en el pico, el pobre animal no se imaginaba el viaje que iba a hacer por las alturas en vuelo completamente gratis, eso sí, con un destino fatal. La vida es así, unos mueren para que otros se mantengan. Es la cadena.



¿Cómo no? También poblaban los cielos los buitres leonados. Yo los llamo "Los señores del cielo", siempre omnipresentes en cualquier lugar.


Buitre leonado

Con ellos compartía acrobacias aéreas un hermoso ejemplar de águila calzada en su fase clara, de la cual no tenemos foto pero que es así de bonita.


Águila calzada en fase clara.
Foto de Eduardo Nogueras Ocaña
tomada de www.sierradebaza.org



Sin embargo lo más significativo del lugar era la cantidad de corzos que salían por doquier de cualquier parte. Literalmente los íbamos espantando de las praderas donde estaban descansando.



Algunos optaban por quedarse agazapados entre la maleza para no ser descubiertos, y de hecho no los ves, hasta que finalmente los puede el miedo y se levantan escopetados saliendo como alma que lleva el diablo perdiéndolos de vista en unos segundos.


Corzo asustado ante nuestra presencia.
Al ver la fotografía en casa nos dimos cuenta de que aún era una cria.
Si ampliáis, no hay más que observar el pelaje y las manchas blancas en los costados.
No me digáis que no es bonito, si dan ganas de pegarle un achuchón.


Corzo adulto entre la maleza,
pensándose si salir corriendo o seguir comiendo.




Y como somos buenas personas,
si algún sediento acude a tí, dále de beber.


Pero ésto no fue todo, para mí el momento mágico del día fue cuando me quedé sola metida entre un montón de árboles con denso ramaje para observar un insecto que me llamó la atención y en esas estaba cuando un pajarillo se me aproximó a una distancia mínima. Me quedé en cuclillas tal cual estaba sin pestañear para no espantarlo, y así pasó un buen rato, tanto se me acercó que alargando la mano podría haberlo tocado. Me rodeó completamente de un lado a otro, saltando de rama en rama, me estuvo observando un buen rato, y yo pude observarlo en detalle a él. Se trataba de un ruiseñor bastardo.

Ruiseñor bastardo.
Foto de JL Beamonte,
tomada de www.pajaricos.es


Cuando comenzaron a dolerme las piernas y me tuve que levantar se alejó un poco. Vamos, que me cansé yo antes que él.

Un precioso, solitario y mágico momento de total complicidad que me alegró el día.

viernes, 26 de junio de 2009

Instantes

Hace mucho tiempo que no dejo caer nada en la sección "Instantes" del blog, así que ahí van, como dos plumas livianas descendiendo suavemente en vaivén hasta posarse en la pantalla, -así me lo imagino yo- estas dos fotografías.



Plaza Mayor de Madrid.



Calles.


FOTOGRAFÍAS CON DERECHOS RESERVADOS.
Propiedad de
Asoma.

viernes, 19 de junio de 2009

De vuelta a la Sierra de la Culebra II

Entradas relacionadas:
Canis Lupus no se dejó ver
De vuelta a la Sierra de la Culebra I


Volviendo al tema del lobo, del que pudimos observar sus huellas y excrementos aunque no pudimos ver, según nos contaron cada año sale a subasta la caza de 3 o 4 lobos, por la que se puede llegar a pagar aproximadamente unos 14.000 € si se quiere optar a ella.


Excremento de lobo con restos de una pezuña en parte superior derecha.

Al cazador se le da unos días para cazarlo, si no lo consigue, en muchos casos como favor, se le amplia el plazo. La caza se hace de manera controlada con un celador, se tira una burra recién muerta en determinado sitio y se lleva al cazador allí para ver si los lobos entran a comer y dispararlos. El celador les calcula todo, hasta la dirección del viento para que el animal no les huela y les dice cuándo tienen que disparar. Vamos que así se las ponían a Felipe II, como se suele decir. Todo se hace tan preparado porque de otra forma, en otras condiciones, para el hombre sería imposible cazar un lobo que es mucho más astuto que él.

Y me pregunto yo qué placer tiene cazar un lobo de esa forma tan preparada, claro está que la Junta de Castilla y León- en este caso- se embolsa un dinero por ésto. ¿Por qué si no dejan cazar un animal que está prácticamente desaparecido de la Península Ibérica? No estoy nada de acuerdo con esta práctica.

Andando por ahí descubrimos un
hide

Se ve que los cazadores son muy limpios, aman el monte
como ellos dicen, y en prueba de ello no tiran ningún desperdicio al suelo.


Hide visto desde fuera.

Metros más allá observamos una sospechosa pradera sin árboles que está muy a tiro, nunca mejor dicho, del hide.


Huesos por todas partes, ¿de burro o de caballo?




Tamaño de los huesos comparados con mi pie.


Restos de pelo. Incluso las trenzas que alguien
se entretuvo en hacer al desgraciado animal en vida.


Gancho donde supuestamente atan a la presa para que
los lobos no se la lleven y tengan que comer ahí mismo a buena vista del cazador.

Los lobos adultos son más prudentes que los jóvenes y a veces dejan la carne intacta sin comer días porque no se fian, o esperan a comerla a la noche cuando el cazador no está, pero no pasa nada, le amplian el plazo, otra burra y listo, hasta que se lleve su "magnífico" trofeo. La mayor de las veces se hartan de esperar y acaban disparando a lobos subadultos que son menos prudentes y caen más fácilmente.

Otra práctica con la que no estoy de acuerdo es con que la Junta no prohíba la muerte de un lobo que es problemático, sea cuando sea, fuera de subasta. Me explico, si un lobo se vicia atacando al ganado y no caza otra cosa para comer, el ganadero tiene permiso para abatirle en cualquier momento. La Junta se justifica diciendo que no quieren problemas con los ganaderos y que mantener unos perros como los mastines, que son buenos guardianes contra el lobo, su comida, su seguro, un buen cercado...etc, cuesta mucho dinero, y yo me pregunto ¿por qué no se protege bien al ganado y se da ayudas para estas cosas?

Luego existe la picaresca del que deja desprotegidas a las ovejas viejas para que el lobo las mate y le paguen unos 40 € aprox. por oveja muerta, ya que le sale más rentable que matarlas él mismo.

En mi opinión, los lobos se matan porque se quiere y se acabó. Y mientras haya peces gordos metidos en el ajo de la caza como jueces, ministros y el propio Rey, la caza seguirá existiendo porque es un negocio y un placer (qué horror) para algunos por más que los demás nos quejemos.

En fin, que no todo es tan bonito en la Sierra de la Culebra como la idea idílica y emocionante de ver al lobo salvaje en libertad, también encuentras escenas como ésta:


¿Que no entran lobos a comer?, pues le pego un tiro al zorro por meterse donde no le llaman, menudo soy yo, como buen cazador tendré que amortizar mi gasto en escopeta y munición.


Qué culpa tendría el zorrillo. Una pena.

miércoles, 17 de junio de 2009

Otra visión

Hablando del tema fotográfico en la entrada anterior, cuelgo aquí otra visión del mismo amanecer. Ahora entenderéis en realidad lo que es una foto más decente y no un mero testimonio como son mis fotografías. Éstas fueron tomadas por mi compañero, eso sí, con muchísimo mejor equipo y conocimientos fotográficos que yo.





La gran bola de fuego, que nos calienta y nos da vida.
Qué sería de nosotros sin ella.


domingo, 14 de junio de 2009

De vuelta a la Sierra de la Culebra I

Entradas relacionadas:
San Pedro de las Herrerías
Canis Lupus no se dejó ver
De vuelta a la Sierra de la Culebra II

Estos días he vuelto a la Sierra de la Culebra, al final no pudieron ser cuatro, sino dos, pero bien aprovechados.




Me he alojado en una bonita habitación con unas vistas al pueblo, que a mí me parecen magníficas y relajantes. Será que me estoy desquitando de no haber tenido nunca pueblo propio. Ahora me estoy vengando de ser la única que entre mis amigas de la infancia se quedaba siempre, todos los veranos, en la capital.
Después de esta retrospección en el tiempo, fui a ver a mis amigas las cigüeñas, mucho más calmadas que meses atrás, cuando estaban haciendo su nido. Ya cuentan con un pollito bien majo.




¿Quién asoma la cabecita por ahí?
¡Bienvenido a mundo pequeñuelo!


Por lo demás, ¿cómo no?, fuimos a hacer otra espera al lobo, parte del encanto que tienen estas tierras. Antes del amanecer ya nos pusimos "en danza", pues con estos días de calor, los animales enseguida que amanece se encaman así que a las 6 de la mañana ( y muy tarde era) ya estábamos oteando el horizonte en el lugar señalado.

Comienza a amanecer y los pajarillos se vuelven locos

cantando al astro rey dando la bienvenida al nuevo día.

Junto con nuestro compañero plumífero y sus cánticos observamos una preciosa elevación del sol en la Sierra de la Culebra a las 6.30 AM, que dejaba al descubierto la neblina de la noche aún agarrada en los campos. Los colores de las fotos no están retocados.






Por fin, ahí está.

Fue muy bonito, pero ¿y del lobo? Ni rastro. Desde esta pista en la fotografía inferior se domina un amplio valle donde está asentada una manada, hay que tener suerte y que les dé por aparecer. Hay gente que ha visto a la manada moverse en la lejanía, aunque nosotros aún no hemos tenido esa suerte. Segunda espera sin fruto. Será cuestión de hacer una tercera, el que la sigue la consigue o eso dicen, ¿no?


El sol ya ha salido y no tardará en calentar,
es hora de volverse a casa y tomarse un buen desayuno.

Recogimos bártulos pero en el camino de vuelta a eso de las 8.30 de la mañana nos ocurrió algo inusual. En un barrido con los prismáticos observé algo que parecía un ciervo comiendo pero no se movía, probablemente era la sombra que producía una planta. Mi compañero miró también avisándome de que en ese momento justo en que yo bajé los prismáticos algo se movía al lado, seguramente nos divisaría y ágilmente se volvió dándonos el culo con un pelaje grisáceo y hermoso, fue lo único que me dió tiempo a ver al volver a colocármelos. Se escondió entre los árboles. Fue todo tan rápido que no hubo tiempo para foto, sólo para una fugaz visión en la retina. No dejo de preguntarme qué sería...¿zorro o LOBO?

miércoles, 3 de junio de 2009

Valle del Mesa

Sin premeditación alguna este sábado tocó ruta por el Valle del rio Mesa. Digo sin premeditación porque esta semana leí sobre él en el blog de Javier 16, "La naturaleza que nos queda", y no sé por qué a mis compañeros se les ocurrió ir, fue una especie de telepatía extraña. Juro que yo no abrí la boca. Así que esta entrada se la dedico especialmente a Javier, que sé que le encanta este cañón, igual que a mí, que también es de mis preferidos y lo tengo un especial cariño.





El caso es que debido a proximidad geográfica yo lo tomo por otra zona, la que recorre la parte de Guadalajara, y Javier por la parte de Zaragoza, que está más castigada por el hombre. Esa parte no la conozco y me cuesta mucho aceptar lo que cuenta en su blog porque para mí este cañón siempre fue símbolo de soledad, una delicia alejada del mundanal ruido y del impacto que el ser humano provoca en el medio ambiente con sus basuras. Me produce mucha tristeza descubrir que mi Mesa ha dejado de ser virgen y también ha sucumbido a la contaminación. Aún así igualmente aquella zona es (era?) de una impresionante belleza.

Otras veces he tomado el cañón cerca del pueblo de Turmiel, donde comienza, pero por primera vez mi recorrido comenzó en el pueblo de Mochales hasta la cascada del Escalerón. Ida y vuelta.


Cascada del Escalerón

No es excesivamente largo, todo se hace por GR, muy fácil. Lo único más pesado es subir desde abajo del cañón a una pista que va por encima para salvar un meandro y volver a bajar ya hasta la cascada junto al molino, donde un bañito en verano es muy apetecible.




Cañón visto desde arriba




Paso del GR por la profundidad del Mesa

Para acabar la jornada divisamos al corzo de rigor (en todas las salidas sorprendemos a uno, si nos falta ya nos preocupamos) , hay foto pero sólo testimonial y de mala calidad. Divisamos también en la lejanía a unos treinta y tantos ciervos (no exagero) que comían tranquilamente en una pradera.



Pinchando la foto se pueden apreciar aunque al haberla disminuido de tamaño ha perdido mucho detalle. Es la primera vez que veo tanto venado junto, lo cual me hace pensar que ¿se trataba de un coto de cria? Tengo esa duda.

Y ahora un recordatorio para quien decida ir:

POR FAVOR, RESPETA LA NATURALEZA. NO TIRES NADA AL SUELO, TODOS LOS DESPERDICIOS PUEDEN METERSE EN UNA BOLSA Y LLEVARSE DE VUELTA A CASA. NO DESTROCES VEGETACION. RESPETA LA VIDA ANIMAL DEL LUGAR Y NO MOLESTES POR DIVERSION. EN DEFINITIVA: SI QUIERES PASAR, HAZLO SIN DEJAR HUELLA.