martes, 15 de febrero de 2011

Migraciones


Estos días son extraños. Como dice una canción de Sabina: "ambiguas horas que mezclan al borracho y al madrugador". Pues eso pienso yo, ambiguos días que mezclan al invernante y al estival. Unos van y otros vienen. Ayer observé una bandada de al menos cien grullas en su proceso migratorio hacia el norte. Ya comienzan a irse. ¡Si me parece que hace nada estaban bajando!

Pero lo más bonito de hoy ha sido comprobar que la primera parejita de aviones comunes ha llegado a mi bloque, donde suelen hacer nido bastantes individuos todas las temporadas estivales. Recién llegados de sus tierras africanas de invernada están inspeccionando -imagino- los nidos del año anterior. Dentro de poco los veré recoger el barro de los charcos cada día que salga a trabajar y me alegrarán la mañana, pues en cuanto me levanto lo primero que hago es levantar la persiana, respirar aire fresco y observar sus vuelos. Hasta Junio que pongan sus huevos tendrán un duro trabajo de reconstrucción por delante. 

De momento ya tengo dos nuevos vecinos. Me ha encantado verlos tan pronto. Vivir en un noveno tiene sus ventajas excepto cuando se rompe el ascensor.

Siento que no haya fotos en esta entrada. ¡Pero hay movimiento y hay vida!
.
.
.