domingo, 14 de julio de 2013

Barranqueando entre mariposas


Creo que ya estoy mayor para abrirme paso a cuerpo por un barranco semi abandonado por el que no creo que pase nadie en muchos meses (¿años?). He vuelto llena de arañazos, cardenales y picaduras. Pero siempre hay algo que merece la pena y compensa el esfuerzo.

Ver cómo los caballitos del diablo se exhiben buscando pareja, cómo la libélula tigre se dedica con movimientos veloces a patrullar su húmedo territorio, o echarse una hora de siesta bajo la sombra de un árbol mientras la brisa refresca tu cuerpo sudoroso por efecto del esfuerzo.

Escuchar sólo el rumor del rio y de los pájaros, mientras las hojas danzan suavemente en vaivén...Tener la completa tranquilidad que da la soledad sabiendo que nadie te va a despertar...Integrarse tanto en el entorno que las mariposas comiencen a pensar que formas parte de él.  





Se trata de la misma mariposa. Si alguien se anima a identificar, sería de agradecer. 


7 comentarios:

ANZAGA dijo...

Buenas montañera... y es que no paras...

La mariposa es la llamada ninfa de los arroyos, limenitis reducta... o eso creo...

Buen verano.

Miguel dijo...

Yo apostaría por la Azuritis reducta. Poco conocida, típica del bosque de ribera. Preciosa mariposa. Saludos

Lienzo tierra dijo...

Pues sí señor!! Muchas gracias amigos!

Javier G. Pérez dijo...

Lo que más me gusta de la atrevida mariposa es, precisamente, su atrevimiento...
Es mas chula que la pana...qué suerte tienes...

Saludos.

Lienzo tierra dijo...

Sí, que te liben las mariposas es una sensación agradable, la verdad.
;)

Gracias Javier G.!!

Jesús Dorda dijo...

Preciosa mariposa y el momento muy bien contado. A veces volver todo arañado y picado es un suplicio, pero ¡qué momentos se pasan! Y el dolor se olvida, las buenas sensaciones no.
Saludos.

Lienzo tierra dijo...

Buenas Jesús!

Sí que es verdad, vuelves hecho un Cristo pero engancha! Y eso que a veces es un sufrimiento, pero como dicen..."sarna con gusto no pica" ;)

Abrazos!