miércoles, 26 de marzo de 2008

Leon Greenman

Leon Greenman era el único inglés que sobrevivió en el campo de concentración nazi de Auschwitz, ha muerto a los 97 años de edad. Nacido en Londres el 18 de diciembre de 1910 en el seno de una familia humilde judía, vivía en Rotterdam (Holanda) con su esposa holandesa y su hijo de tres años, cuando los nazis invadieron ese país en mayo de 1940.
En 1942 fueron trasladados junto a varios cientos de judíos al campo de concentración holandés de Westerbork. Un año después, fueron deportados a Auschwitz, donde su mujer y su hijo murieron en las cámaras de gas. Antes de eso ella le había hecho un gesto tranquilizador desde lejos, y sonriente le había enseñado al niño para hacerle ver que estaban bien sin saber qué final les esperaba momentos después.
En cautividad, Leon Greenman se prometió que si sobrevivía al terror de los nazis, dedicaría el resto de su vida a contar las atrocidades que sufrieron él y millones de prisioneros. Cumplió su promesa y publicó un libro titulado "Un inglés en Auschwitz", y pronunció innumerables discursos sobre su odisea.

Yo estuve visitando Auschwitz, y a mí todo esto me ha removido algo el interior. Es que no tengo palabras, es realmente impresionante, es poco lo que se cuente.
Hace tiempo escribí una entrada. La recupero de nuevo. Las fotos son reales, tomadas allí, excepto las antiguas en blanco y negro. No voy a decir nada nuevo que no dijera ya entonces.


"Creo que mi visita este verano a Auschwitz y Birkenau, campos de concentración y exterminio nazis en Polonia, se merece un capítulo aparte. Me gustaría haberlos visitado más despacio pero si quieres ver muchas cosas en poco tiempo es lo que hay. De todas formas las dos horas y pico que pasé por allí me calaron, aunque sé que me hubiese impresionado más si lo hubiese visto todo con detenimiento: documentos donde los nazis numeraban a los muertos como si se tratase de hazañas (para ellos seguramente lo era), ropa, maletas, zapatos..etc. Todo lo que quedó de aquella pobre gente a la que robaron la libertad y la vida. Jamás podré entender cómo se puede seguir a un loco o a muchos locos con los mismos ideales, cómo la gente pudo estar tan ciega para hacer lo que hicieron, cómo se puede tener esa mentalidad tan destructiva sin sensibilidad alguna hacia tu semejante (claro, no los consideraban semejantes). ¿Cómo se crea una mente así?, ¿qué educación recibe?. Por más que lo piense no lo entenderé en la vida.


Cuando paseas por aquel lugar que los nazis utilizaron como campo donde anular al "rebaño" que les estorbaba, rebaño al que afeitaban el pelo para hacer mantas, quemaban y usaban sus cenizas de abono, su piel para hacer lámparas o su grasa para hacer jabón, tratados totalmente como animales y no humanos, y ves flores por todos los lados, depositadas por familiares, amigos o visitantes...te invade una sensación de tristeza. Piensas que es imposible que esto sucediera hace relativamente tan poco (1.940-1.945) y lo que es peor, que en la actualidad se siga repitiendo en algunos pueblos aunque a menor escala. Los millones de personas que los nazis mataron por considerarlos inferiores: testigos de Jehová, gitanos, judíos...Parece mentira que un genocidio de tal magnitud tuviese lugar.

Fotos: Restos reales de pelo con los que hacer mantas como la expuesta, restos de zapatos y maletas de presos. Latas de Cyclon B.

Intenté quedarme sola en algún momento para poder pararme a pensarlo realmente, entrar en un barracón cuyo único visitante era un rayo de sol que se colaba entre las maderas del techo y en el que ya solo revoloteaban los pájaros, pero que hace años estuvo lleno de cadáveres andantes, personas que sufrieron lo indecible. Me invadió una total soledad, y el peso de la historia, triste historia, me cayó como una losa encima al tiempo que mi pecho se sentía más oprimido por la angustia. Es uno de los sitios que más sensaciones me ha transmitido. Ni qué decir tiene que me sentí totalmente privilegiada cuando pude atravesar la barrera metálica para salir del campo e irme. Hubiese sido la envidia de muchos que nunca salieron de allí o salieron ya enfermos de muerte cuando los aliados los liberaron.
Allí todo habla, las paredes, los muebles, las letrinas (único lugar donde los presos tenían momentos de tranquilidad sin soldados alemanes alrededor y que aprovechaban para preguntarse unos a otros por la suerte de sus seres queridos).
Las fotos que pueblan las paredes también hablan, testimonios de lo que allí sucedió. La que más me impactó fue una en la que los oficiales alemanes mandan a morir a una mujer y su hijo a la llegada al campo de Birkenau. En otra, a un anciano.
Mujeres embarazadas, niños, ancianos, todo el que no valía para trabajar era enviado a las cámaras de gas. Los hombres y mujeres fuertes salían a tabajar todos los días. Si alguno moría durante la jornada debido a sus pésimas condiciones, tenía que ser acarreado por sus compañeros de vuelta al campo, ya que los contaban a la salida y a la entrada. Y si alguno no volvía, mataban a sus familiares o amigos.
Para más sufrimiento había celdas de castigo (la prisión dentro de la prisión): celdas del hambre donde los dejaban sin comer o celdas de afixia donde los hacinaban sin apenas sitio para respirar ni para sentarse.
Aun así los para los presos lo peor era el hospital de Auschwitz, donde los usaban como conejillos y hacían toda clase de experimentos con sus cuerpos. Esterilizaban a las mujeres para que no pariesen hijos que no fuesen de raza aria. Leí un artículo en el que se hablaba sobre el "Angel de Auschwitz", una oficial alemana que se entretenía destrozando los pechos de bellas mujeres judías a latigazos para luego reconstruírselos en el hospital, cosas que le excitaba ostensiblemente. Con tanta crueldad muchos de los presos acababan por lanzarse contra las alambradas electrificadas o se separaban del grupo para ser disparados.
Por último visité las cámaras de gas y los hornos. En las cámaras de gas entraba la gente recién llegada al campo con la excusa de que iba a ser duchada, hasta había tuberías falsas para que no hubiese escenas de pánico, pero en realidad eran gaseados con cyclon B, un cristal que al contacto con la humedad de los cuerpos despedía un gas tóxico.
Todo lo que se cuente es poco, es demasiado fuerte estar allí dentro. Descansen todos en paz.
Tendría mil cosas más que contar pero sería extenderme demasiado.
Finalmente una rosa roja, atada a la puerta de Birkenau por donde entraban los trenes rebosantes de judíos nos despide. Es la imagen final de nuestra visita a ambos campos, pero muchas otras más quedaron en nuestra retina.
Espero que la humanidad haya madurado y POR FAVOR, QUE ESTO NO SE VUELVA A REPETIR."

Cámara de gas, hornos, celda.
Selección (mujer con bebé enviada a cámara de gas), presos, quema de cadáveres en el exterior.

7 comentarios:

juan dijo...

Pos que descanse en paz.
No se is es mejor que viviese para contarlo o que no, por que lo mejor es que no hubiese tenido motivos para contarlo.

Troglo Jones dijo...

Lo dantesco es eso, los verdugos. Esa gente se supone que era normal antes de la guerra. Eran tus vecinos, tus amigos. Y después, muchos volvieron a serlo. No creo que los reclutaran entre los más tarados. ¿Por qué lo hicieron? ¿Lo haríamos nosotros en esa situación?

Me temo que sigue ocurriendo, en Ruanda, en el Congo, ...En fin, ojalá evolucionemos alguna vez.

Lienzo tierra dijo...

Hola Juan, gracias por pasar.
Pues sí. Pero mejor que viviese para contarlo por supuesto, son cosas que no hay que olvidar para que no vuelvan a pasar.

Hello Troglo, pues yo imagino que muchos se sentirían presionados a hacerlo. Jo es que es muy fuerte este tema, y encontrarse sin querer en esa situación, tanto en un lado como en otro, debe de ser terrorífico psicológicamente. Eso no lo saben nada más que los que lo pasaron. Muy fuerte, muy fuerte. Y sí, sigue ocurriendo, pero es que lo del holocausto fue de una magnitud enorme, que fueron millones de personas. Tremendo.

Mr Blogger dijo...

La memoria es algo muy importante. A veces intentar tapar u ocultar los actos pasados para no recordar es lo peor que se puede hacer. El recuerdo es dolor, pero también sirve para mostrar una realidad que existió. Aún hoy me sorprendo cuando oigo a gente decir que el holocáusto se lo inventaron, o a judios decir que no aceptan la presencia de alemanes por lo que les hicieron antaño. Señores, las cosas han cambiado, pero siguen sin cambiar. Como en todo, pasarán aún generaciones antes de que las cosas vuelvan del todo a la "normalidad". Pero mientras tanto, Auschwitz debe seguir abierto para que la gente pueda comprobar de primera mano que realmente pasó.

Lienzo tierra dijo...

Muy importante no olvidar, sí
A mí hay gente que me decía que cómo se me ocurría gastar un día de mis vacaciones yendo allí a deprimirme pudiendo estar tirada en la playa.
Pues yo qué sé, me apetecía verlo, es cultura y una parte muy importante de la historia. No hay que taparse los ojos.

Anónimo dijo...

A mi lo quemas me llama la atencion es que ocurrio dentro de la sociedad mas culta y refinada de su tiempo.

Josan

Lienzo tierra dijo...

Hola Josan! ¿Cómo vas?
Sí, fíate tú de los cultos y refinados...Qué fuerte. Qué clases de ideas tendría esa gente, no me entra en el coco.