sábado, 8 de enero de 2011

Fantasía

Hoy he recibido una invitación, no viene firmada, dice tal que así:

"Estimada señorita, tengo el gusto de invitarle a cenar, pues quisiera hablarle de muchas cosas que debería usted saber. Diríjase al Paseo del Bosque, esquina Sendero de la Evolución s/n a las 8.00 pm."




Decido aceptar y allí me presento a la hora indicada tras un paseo por un bosque de lo más frondoso. Llego a una puerta justo esquina con el sendero establecido. Encuentro una cabaña de madera muy camuflada en el entorno. Me coloco un poco el pelo y llamo a la puerta dispuesta a deslumbrar con la mirada a mi seguro apuesto admirador.



 
En lugar de lo que esperaba encontrar me recibe un ¿¿chimpancé?? y me indica que pase. Momento en el cual es el lugar el que me deslumbra a mí, pues entro en una estancia donde las lámparas no existen, toda luz proviene de miles de luciérnagas que juntando su abdomen forman puntos situados estratégicamente y se extienden por el techo simulando un manto de estrellas. A la magia del ambiente se le unen diez aves de colores tropicales que con sus alas extendidas forman parte de la decoración del lugar. Cada cierto tiempo abandonan su sitio y prestas vienen otras de diferentes colores igual o más bellas a sustituirlas, de forma que la estancia va cambiando de decoración y color contínuamente.




Del centro del techo se deja caer en forma acrobática un precioso pájaro color rojo ardiente, no puedo apartar mis ojos de él hasta que mi anfitrión hace acto de presencia. Un personaje de barba blanca rodeado de animales por todas partes me saluda sin que yo pueda articular palabra ante tal visión.






- ¿Es usted...Charles Darwin?
- ¡El mismo! Pero siéntate y disfruta de la cena.

Raudos halcones dejan caer hábilmente en pleno vuelo un mantel sobre la mesa, el cual  queda perfectamente colocado. Bonito estampado con flores ¡reales! de tonos del arco iris que parecen danzar. Pequeñas mariposas me traen por los aires una servilleta que dejan caer en mi regazo mientras se quedan revoloteando por la habitación.

De pronto platos, vasos y cubiertos se desplazan a ras del suelo sobre un desfile de hormigas que se encargan de colocarlos sobre la mesa. Mi amigo chimpancé que en principio me dio la bienvenida me coloca delante una sopera en cuyo interior unos peces de color metalizado precioso dan vueltas alegremente en un líquido azul turquesa.

-Sírvete, pero ten cuidado, no cojas ningún pez - dice Charles.
-No se preocupe - dije procurando no colocar el plato sobre ninguna flor.

Comienzo a cenar sin dejar de mirarle a los ojos. No puedo creer lo que me está pasando. ¡Yo cenando con Charles Darwin!

- Te he hecho llamar porque me gustaría hablarte de un tema: el origen de las especies.
- Igonoro a qué se debe este honor señor Darwin.

Como no puedo tragar bocado de la emoción, me invita a concluir la cena y salir al jardín, en el cual me hace un obsequio mientras comenzamos a pasear. Unos preciosos escarabajos brillantes se agarran a mis orejas cual pendientes, tal que maravillosas piedras preciosas que ya les gustaría lucir a muchas mujeres ricas. Una pequeña serpiente de un verde intenso se me enrosca de forma delicada alrededor de la muñeca.




- Creo que nunca tuve pulsera tan bonita señor Darwin. Ni pendientes tan deslumbrantes.
- Me alegro de que te gusten.



Charles comienza a hablarme de su teoría mientras pequeños monitos se dejan caer de los árboles obsquiándonos con jugosa fruta que mordisqueamos alegremente a la vez que charlamos. Todo es tan bonito que me encuentro feliz. Bajo una gran sequoia me siento a escuchar las apasionadas historias del señor Darwin. Me relaja tanto este lugar que acabo durmiéndome oyéndole de fondo.
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Al despertarme creo que ... ¡Oh cielos! ¡He tenido una pesadilla brutal! Soñé que trabajaba todos los días entre cuatro paredes casi todas las horas del día teniendo no más visión que la pantalla de un ordenador bajo la radiación anémica de un tubo fluorescente. Sin ver el sol, sin sentir el aire fresco, sin ver montañas en el horizonte...

-¡Señor Darwin! ¡Señor Darwin! ¿Dónde está?
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9 comentarios:

Lienzo tierra dijo...

Pues eso, que me he autoregalado por Reyes el "Origen de las especies" de Charles Darwin y que se me acaban las vacaciones. ¡¡¡Qué horror!!!

Jesús Dorda dijo...

Muy buen regalo. Es el típico libro que hay que tener, pero reconozcamos que siendo todo muy interesante hay partes que tienen un estilo bsatante duro.
Estos años pasados, con motivo del aniversario, han salido algunas ediciones realmente muy atractivas y otros libros de Darin o sobre él, de auténtico capricho.

Asterina dijo...

Qué relato tan bonito! me ha encantado lo de las luciérnagas. Felicidades por el autoregalo. Al menos tu has tenido vacaciones que otras no hemos tenido tanta suerte!

diminuto blog dijo...

Feliz 2011, mi querida azul.
:-)

Su sueño me parece tan intenso que el despertar parece irreal.
¿Darwin?
Qué cosas, ja ja ja...

Un beso.

Javier G. Pérez dijo...

Pues ya me lo contarás cuando lo termines, que no me gusta piratear. Vas a pasar un buen y longevo rato con su lectura.

Saludos.

Lienzo tierra dijo...

-Qué tal Jesús? Pues sí, vi ediciones muy bonitas, pero la mia es la más manejable y pequeña, que me interesa más el interior que el exterior. A ver si me resulta interesante, tenía ganas de "pillarlo", espero que no se me haga muy duro de leer.

-Muchas gracias Aster. Pues las vacas se me acabaron hoy, ufffff :(, aunque reconozco que he tenido suerte de tenerlas.

-Jejeje, sí muy intenso!!! Pues el final es real total, tanto como que ya estoy en la oficina. Uff qué mal lo llevo.

-Gracias Javier. A ver si puedo con él.

Quería recomendaros a todos otro libro, de Delibes, "TIERRA HERIDA" muy cortito y clarificador de ideas en cuanto al cambio climático. Gracias a Trotalomas por hacer hincapié en él. Me ha encantado.

Saludos a todos!

Mr Blogger dijo...

¿Sabías que Darwin iba a pasar por las Canarias en su famoso viaje pero no puedo fondear el barco porque en la isla había una epidemia y vio su sueño frustrado de estudiar la flora y fauna del lugar (como hacían todos los naturistas, geólogos, biólogos y demás científicos que hacían escala obligada antes de seguir sus viajes a las américas, atraídos por la enorme biodiversidad y las curiosidades geológicas que alberga el archipiélago) y tuvieron que desviarse y seguir? ¿qué hubiera pasado si Darwin hubiera llegado a Canarias? ¿habría visto lo mismo que vio en Galápagos? ¿habría podido llegar a las mismas conclusiones?

Fcº Javier Barbadillo Salgado dijo...

Bellísimo relato, real como la Vida misma...la Vida que de verdad hay que vivir, se entiende.
Al "Origen de las especies" añadiría otro regalo: el origen de los espacios por vivir.

Saludos...y buena vida.

Lienzo tierra dijo...

-Quién sabe MR?? Cosas del destino. Quizá hubiera llegado a otras conclusiones,pero vamos, lo que está cantado está cantado en cualquier parte del mundo :) Habrá que darse una vueltecilla por las Canarias para comprobar :)

-Y bellísimo comentario el tuyo Javier. Buena Vida a tí también. Muchas gracias.