martes, 22 de mayo de 2012

Subida a Pico del Lobo



Seguimos experimentando las alturas. El Pico del Lobo está a unos 2.273 metros de altitud. El punto más alto de la Sierra de Ayllón. Subida más dura que a Pico Centenera, pero igualmente un paisaje espectacular, aunque a mí me gustó más Pico Centenera. Me parece más salvaje, y no tan tocado por la mano del hombre, pues justo en la cima del Pico del Lobo -se aprecia en la foto- quedan los restos en ruinas de lo que fue la antigua estación de esquí de la Pinilla. Que ahora sólo sirve para estropear las vistas y para que lo que yo creo que eran vencejos reales hicieran giros acrobáticos esquivándolo.


 Vista panorámica
  


   
¡Cima! ¡Los mosquitos también hicieron cima!





No sé si exactamente el nombre del Pico viene de cuando los lobos campaban a sus anchas por allí. Parece ser, para alegría de los que disfrutamos de estos acontecimientos, que actualmente se han vuelto a encontrar restos de la presencia de nuestros lobos ibéricos en este terreno, así que bienvenidos sean.    

También destacar la alta presencia de insectos, muchos de ellos mueren en la nieve por la baja temperatura. Sobre todo sorprende la alta concentración de mariquitas que llegan hasta las altas cumbres impulsadas por el viento, no siempre con buen fin para ellas. Sobre este tema recuerdo y recomiendo la entrada del blog El último rincón: Alpinismo ¿Deporte de mariquitas?  




Para finalizar el día la bajada fue más dura y complicada que la subida, pues acechaba tormenta y allá arriba en ese caso no es muy recomendable estar. Así que los truenos y luz que iluminaba de vez en cuando el cielo presionaba para que incrementáramos la velocidad de descenso, que fue excesiva y acabó pasando factura, aunque por suerte lo único que nos cayó encima fue agua.

Aún así quedan ganas de volver a salir una y otra vez. La montaña nunca defrauda.

martes, 24 de abril de 2012

Subida a Pico Centenera

Hay veces que a uno le apetece escapar de todo......


 
 




 


 

 




 




 






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viernes, 13 de abril de 2012

Aviones roqueros y nidos de golondrinas dáuricas



El sábado anterior fue el día de los aviones roqueros. Bastante difícil que posasen para la cámara debido a su rápido vuelo, así que ésta es la única foto decente que conseguimos.




NOMBRE: AVIÓN ROQUERO
NOMBRE CIENTÍFICO: PTYNOPROGNE RUPESTRIS
ORDEN: PASSERIFORMES
FAMILIA: HIRUNDINIDAE.
ALIMENTACIÓN: Insectívora.
LUGAR DE OBSERVACIÓN: 7 de Abril de 2012


Lo que más me gustó del día aparte del bonito paisaje fue este nido en una cavidad que decidimos explorar, y que yo creo que era de golondrina daúrica por su entrada en forma  de tubo. Si me equivoco que alguien me lo diga.



Sé que la foto no es buena, la tomé con el móvil porque el fotógrafo no me acompañó en la exploración.




Parece ser que la entrada de los nidos la hacen en dirección contraria a la exposición del nido al viento, y así era, desde luego. Son inteligentes.




No tenemos fotos de las dáuricas. Ví una muy fugazmente, la reconocí por su color rojizo. Os dejo un enlace a la fotografía de Manuel Estébanez en "Miradas Cantábricas" que me gusta bastante.

Reseñar que los vencejos ya están en Madrid ¡Qué gusto!

lunes, 5 de marzo de 2012

El vergel de las simas



Así es como llamo yo a este terreno calizo que propicia la formación de simas. No es que haya una, sino que la zona es un queso gruyer de cavidades originadas por la erosión del agua en el terreno y los hundimientos de techo.




Ésta concretamente (pinchar para agrandar) es la única que está habilitada para bajar. Tiene 62 metros de profundidad y es realmente impresionante cuando llegas abajo. Enorme. Aún la veo en proceso de formación ya que en su pared final el agua filtrada sigue precipitándose formando una gran colada de metros de altura.


Colada


No me quiero imaginar cuántos animales caerán en estas profundas simas.




Y hay que tener ojo, pues también puede ser una trampa
 para nosotros si no nos andamos con cuidado.
La naturaleza puede ser muy bella pero traicionera a la vez. 




Después de la visita a la gran sima y posteriores que fuimos encontrando por el indefinido camino -caminante no hay camino, se hace camino al andar- el día nos deparaba una hermosa sorpresa. La visión de un gran zorro.

Anteriormente habíamos descubierto muchos excrementos de ciervo, y el encuentro con ellos no se hizo esperar. Unos enormes y bonitos ejemplares, que nada más percatarse de nuestra presencia corrieron despavoridos así que ante el encuentro casual fue difícil tomar fotografía. Pero el zorro fue harina de otro costal. Le vimos de lejos merodeando entre unos arbustos, le perdimos de vista pero fuimos acercándonos con cuidado al lugar donde le habíamos visto. Volvió a aparecer para ilusión nuestra, ya muy cerca nos agachamos para no ser descubiertos.




Dio unas cuantas vueltas y efectivamente como era de esperar nos localizó, era cuestión de tiempo, no íbamos a ser más astutos nosotros que un zorro, estaba claro. Pensando que correría asustado como los ciervos nos sorprendió muchísimo que comenzase un trotecillo ligero hacia nosotros. No se alejaba sino que ¡venía! Nos descolocó totalmente. No sé qué le hizo cambiar de opinión y hacer un giro en el último segundo. Dio un rodeo entre arbustos y volvió a perderse. En ese mismo instante al seguirle con la mirada nos dimos cuenta de que los ciervos también corrian por la lejanía ¡otra vez! Así que hubo un momento que no sabíamos dónde mirar. ¡Demasiados placeres para la vista! No sé cómo describir la cara de bobos que se nos quedó para todo el día. Ya nada que nos pasase durante las horas siguientes iba a superar aquella situación.



Vulpes Vulpes pensandose qué hacer. Nuestro lustroso amigo.
¡Mira que estaba guapo y bonito!

No hay día en el que uno se arrepienta de salir
a observar la naturaleza, cada día es diferente.

¡Y es que la naturaleza NUNCA defrauda!
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lunes, 6 de febrero de 2012

Mucho viento y bajas temperaturas

Exactamente lo que reza el título del post es lo que nos esperaba este sábado. Aún así no nos resignamos a quedarnos en casa. A mí me gusta ver el monte en toda época del año, con toda condición climática. En todo cambio meteorológico presenta un aspecto diferente, no por ello menos bonito, que también es digno de ser apreciado.



¡Se congeló el rio!


El viento en partes altas era fortísimo, tanto que corporalmente nos desequilibraba con mochila y todo. Así que es la primera vez que veo a los buitres pasarlo mal por intentar volar en contra del viento. A duras penas podían, y bajaban a menudo a las copas de los árboles. Qué raro se me hacía ver a los "señores del viento", tan poderosos y majestuosos siempre, pasar estas adversidades para avanzar en su vuelo. Esa lucha me resultó un espectáculo bonito de ver.

Tampoco la fauna de pelo lo tiene fácil estos días. Lo mejor del día la visión de un zorro, muy lustroso, de cola esponjosa cuya punta parecía haber metido en un cubo de pintura blanca. Se nos escapó al objetivo aunque se dejó ver bien unos instantes. Ya encontré mi razón para estar pasando frio durante todo el día. Esta imagen me justificó la salida. ¡Me pareció tan hermoso!

Una se pregunta cómo pueden sobrevivir a las bajas temperaturas y condiciones adversas, pero la propia naturaleza te da las respuestas.



Zorrera.

En defecto del visitante que no pudimos captar, cuelgo esta foto de archivo. Vulpes Vulpes con su presa.




Nada que temer, volverán los buenos y cálidos tiempos para nuestro amigo zorro. 
Sea como sea, la naturaleza siempre está dispuesta a ofrecer sus regalos.
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lunes, 23 de enero de 2012

On top of the world. Las grandes rapaces comienzan su ciclo.

 


Así me siento cuando me siento -valga la redundancia- a observar la vida desde este pico. Las vistas son espectaculares, el Tajo se divisa como un hilo plateado en lo profundo del barranco y el ulular del búho asciende hacia arriba hasta llegar a mis oidos.

Obviemos otros sonidos que también llegaban retumbando por el cañón rebotando en las paredes, los disparos de los cazadores allá abajo, que no dejaré me estropeen estos mágicos momentos.




Arriba, en el filo del cortado, se comparte espacio con buitres y águilas. Es una auténtica maravilla. No tiene uno más que esconderse un poco entre la vegetación para pasar desapercibido y ver cómo las rapaces planean a la altura de su vista. Sólo éramos descubiertos cuando la cámara emitía su "clic", momento en el cual las rapaces giraban la cabeza hacia nuestro escondite con curiosidad. 






Es una gozada verlas suspenderse en el abismo cual cometas, con esa facilidad, con ese disfrute, apoderándose del aire.





Los buitres leonados ya han comenzado su ciclo reproductor. Justo a mediados de Enero, que es cuando estuvimos allí, ya les sorprendimos afanados en los nidos.
 


 



El "escondite" nos ofreció otro enorme regalo, la llegada de este joven águila real. Qué preciosidad verlo tan cerca. Las sensaciones que siento en esos momentos no las podría describir. Como dije antes, para mí son momentos mágicos que me ofrece la madre natura. Indescriptible verlo aparecer surcando el cielo. La foto no le hace justicia.





Aparte de los paseriformes de siempre, acertamos a fotografiar a este otro visitante que me da miedo identificar debido a mi poca experiencia por temor a equivocarme. Esto de ser autodidacta sin nadie que me enseñe a veces me cuesta. Así que sería bienvenida cualquier ayuda. Estoy segura de que para vosotros, los lectores habituales a los que gusta este tema, es fácil. Siento la calidad de las fotografías, que quizá no ayuden.

¡Y para continuar, en breve una entrada sobre plumas en la que también espero me ayudéis a identificar!
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