VISION GENERAL
La Habana es una ciudad única, si tuviera que escoger un adjetivo eligiría "soprendente". Creo que me va a ser imposible transmitir todo lo que he visto y he sentido allí.
La sensación cuando llegas es inexplicable, al levantar la vista hacia las calles con esos coches tan antiguos, las casas tan antiguas también, tan destrozadas-es la palabra ideal- uno se siente como si hubiese retrocedido en el tiempo o acabase de acontecer una guerra. Todo en ruina, excepto los hoteles y los sitios turísticos. Sin embargo La Habana es una ciudad con una vida extraoridinaria. No hay hora del día o la noche en que no haya gente por la calle, no hay hora del día o la noche en que no resuene la música en alguna parte. La gente es muy alegre, lo cual no se comprende visto desde el punto de vista europeo observando la situación en que se encuentran. Ellos lo llevan en la sangre. Quizá les dé lo mismo estar contentos que tristes y escogen sabiamente lo primero.
Todas las casas están así, la gente vive sin ventanas, sin techo, sin paredes...pero increiblemente viven.
Había oído hablar de la pobreza de la gente en Cuba, pero no pensé que llegase a tal extremo. Si tuviera que escoger otro adjetivo aparte de sorprendente elegiría pobre, MUY pobre. No es de extrañar que las zonas turísiticas estén pobladas de "cazadores" o "jineteros" que intentan venderte puros ilegales y nada buenos, llevarte a comer a tal o cual sitio llevándose una comisión, llevarte a tal casa u hospedaje llevándose una comisión, llevarte en taxi ilegal a donde sea, llevarte en coche de caballos, llevarte en taxi oficial, llevarte en bicicleta, llevarte en coco-taxi, darte la murga con las maraquitas para que les sueltes dinero... Es agobiante.
Me he asqueado muchas veces en este viaje, me daban ganas de meterme en el hotel y no salir, pero en cuanto me asomaba a la ventana y veía la vida de la ciudad estaba deseando bajar de nuevo.
Hay una mafia montada en torno al turista que llega hasta la gente de la recepción de los hoteles, que en cuanto tienen oportunidad te cogen a solas y te piden que les compres puros o lo que sea.
Me he venido con la sensación de que el turista está para que le sangren, de todos los sitios a los que he ido éste ha sido el peor para eso. Por ser turista tienes la obligación de pagar absolutamente para todo, lo malo es que pagas a gente que no lo necesita, porque los que no viven en torno al turismo son los que se mueren de hambre. Pagas por ir al baño en cualquier parte-hasta en el hotel- en los que no hay ni papel, ni jabón, ni con qué secarte; pagas porque te guarden las maletas el día que te vas-en el hotel también-, porque te limpien la habitación- la chica te ha dejado ya el tercer sobre-. Si estás comiendo o bebiendo en alguna parte y tocan música en directo, mala suerte, paso de cestillo y a apoquinar. Y así absolutamente por todo. El turista paga por todo, y todos los que están alrededor del turista se llevan el dinero, y el Estado se lleva un dinero del turismo impresionante. Las entradas a los lugares turísticos son caras, pero ¿dónde repercute eso a la población? No se ve por ninguna parte.
Aparte cuidado con los timadores, a mí me llegaron a pedir dinero hasta por pasear por fuera de un castillo, vamos, hasta por mirarlo. En fin, supongo que la situación en que se encuentran fomenta toda esa picaresca, pero es realmente agobiante, no se puede pasear tranquilo excepto en las zonas que no son de turismo, que fue precisamente lo que hacía en cuanto tenía oportunidad.
En los restaurantes, sólo por ser turista tienes una carta especial, la del "sangrado" la llamo yo, luego te fijas que a los cubanos que se pueden permitir ir ahí, les dan una carta diferente. Yo quisiera haber ido a un sitio de población normal, pero no existe, todo es para el turista. Ellos no tienen más que puestos de bocadillos en la calle, al menos es lo que yo vi. Encontré mucha escasez de todo. Me pareció una ciudad difícil pero que al tiempo engancha.
Pasear por las calles era lo mejor, ver cómo vive la gente. Viven en la calle todo el dia. Los niños juegan con peonzas, con carros de rodamientos, disfrutan de una tormenta en bañador chapoteando en los charcos. Lo disfrutan todo a tope. Sin embargo aquí llueve y escondemos a los niños enseguida en casa. Qué vida tan diferente. Diría que ellos saben disfrutar mucho más que nosotros.
Carros de rodamientos con los que juegan los niños.
Chicos bajo la lluvia en las calles.
Uno de los mejores recuerdos que tengo fue el ver disfrutar a los niños en el Malecón mientras las olas saltaban al paseo. Como no tienen otra cosa ni apenas se pueden bañar allí, pues no hay playa en La Habana excepto a 20 km, y piscina sólo hay en los hoteles de turistas; se entretuvieron toda la tarde en chapotear en el suelo, tirarse en plancha a los charcos, recibir el agua, empaparse...Hacia mucho que no veía a unos niños disfrutar tanto, y sin consolas ni ordenadores ni cosas de estas. ME ENCANTÓ. Yo disfruté viéndoles disfrutar.
Apenas se ve a otro niño escondido refugiado del agua en el muro.
Volviendo del Malecón se puede pasear por los mercados de La Habana, que son casi todos de fruta. Las carnicerías tienen cuatro patas de cerdo y un trozo de carne, pues no tienen cámaras frigoríficas. Pescaderías no vi. Las tiendas tienen un paquete acá y otro allá para llenar mostrador y que no se note la escasez de productos. Luego hay alguna tienda para la "élite" donde los precios son parecidos a los de España. Impensable pagar eso una persona que gana 10 euros al mes, que es su sueldo medio, con lo cual para ellos todo es artículo de lujo, hasta un gel.
Este mercado era de los mejores que vi
La población tiene su cartilla de racionamiento y van a las "bodegas" como las llaman, a coger la ración que les corresponde en azúcar, café, aceite...pero que es tan poco que apenas les llega para subsistir. A partir de ahí los precios están desorbitados para ellos, imaginad comprar un champú de 2 euros (allí son CUC) si tu sueldo es de 10. Es como si ganases mil euros aquí pero el champú te costase ya doscientos euros, pues ¿qué pasa? que o te lavas o comes. Yo no podía creerlo, pero lo comprobé con mis propios ojos, así que cualquier cosa que les des es bienvenida, un gel a medias, un jabón usado, ropa...de todo. Ellos no pueden comprarlo. He llegado a España valorando mucho más lo que tengo y extrañándome de ver todo tan limpio y las tiendas tan llenas de cosas.
Gente haciendo cola en las bodegas.
En definitiva es la visión general que me he traído de allá, pero tengo muuuuchas más cosas que contar. No os libráis tan pronto.
Aún así La Habana me sigue pareciendo única mires a donde mires, a vosotros ¿no?